He seguido con mucha atención el proceso electoral realizado en Venezuela para elegir al próximo presidente de la Republica para el lapso 2025 - 2031. De acuerdo con la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el actual incumbente de la presidencia de la República Sr. Nicolás Maduro resultó ganador en la contienda electoral. Voces críticas y especializadas, nacionales e internacionales, han rechazado este resultado, presentado por ambos organismos, sin sustentación de material electoral, legal ni política. Al día de hoy, los mencionados organismos públicos no han presentado las actas de las treinta mil mesas de votación, ubicadas en las 1,086 parroquias, 335 municipios, 23 entidades federales y el Distrito Capital que constituyen el espacio electoral venezolano.
No me sorprenden las decisiones tomadas por el CNE y el TSJ, sin basamento concretos que los respalden. A la luz de lo anterior he creído oportuno compartir algunos datos que pueden contradecir la narrativa oficialista donde se evidencia que, durante la década 2014 a 2024, Venezuela ha vivido una creciente inestabilidad y múltiples desafíos, por lo que el actual gobierno no debería sorprenderse ante unos resultados que benefician a la oposición. Para sostener esta posición utilizaré datos provenientes de Global Data | Fragile States Index
El Índice de Estados Frágiles (FSI por sus siglas en inglés) o Fallidos, ha sido desarrollado por el Fondo para la Paz (FFP por sus siglas en inglés), organismo dedicado a evaluar riesgos políticos y prevenir conflictos a nivel global, a partir la década de 1990, cuando un grupo de expertos crean el Sistema de Evaluación de Conflictos (CAST), formulado para comprender y medir los factores y dinámicas que conducen a conflictos en entornos complejos. El FSI emplea datos procedentes de tres fuentes principales como son (i) los datos cuantitativos existentes en las agencias estadísticas internacionales y multilaterales, (ii) los análisis de contenido de informes y artículos globales y (iii) las evaluaciones cualitativas realizadas por expertos. El índice no solo destaca los apremios que todos los estados experimentan, sino que, también, identifica cuándo estas presiones sobrepasan la capacidad del Estado para enfrentarlas.
Hallazgos Claves
Desde 2014, Venezuela ha mostrado una variabilidad significativa en su puntaje total del FSI, desde la posición número 83, que ocupaba en el año 2014, hasta el lugar 30 en 2024, debido al deterioro progresivo y constante en casi todas las variables analizadas, especialmente en la economía y la legitimidad del estado, lo cual refleja una crisis profunda.
Al examinar el cuadro adjunto (Nº. 1) se pueden observar los déficits acumulados por el país durante el decenio 2014 – 2024 generando una situación de fragilidad para el país y fallida para los entes públicos por la incapacidad para dar respuestas a las necesidades de la población venezolana. A continuación, una rápida descripción de las 12 variables que conforman el índice de estado fallido.
1. Presión Demográfica: La presión demográfica ha aumentado, lo que indica un aumento de problemas relacionados con el crecimiento de la población y el manejo de los materiales, financieros y humanos observándose una ligera mejora en 2024.
2. Refugiados y Desplazados: La situación con los refugiados y desplazados ha empeorado, así lo refleja el incremento en la migración forzada, aunque hay una leve mejora reciente.
3. Quejas Grupales: Hubo un aumento significativo en las tensiones sociales hasta 2019, con una mejora posterior.
4. Emigración y Drenaje de Talentos: La fuga de talentos y la emigración han aumentado, lo cual es preocupante, aunque se observa una ligera disminución en el último año, 8 millones de venezolanos convertidos en migrantes internacionales, representan la mayor evidencia de un estado y un gobierno con serios déficits para atender los desafíos de un desarrollo económico y social que permita atender adecuadamente las necesidades de la población.
5. Inequidad Económica: La inequidad económica sigue siendo un problema persistente y no ha mostrado mejoras significativas.
6. Economía: La situación económica ha empeorado considerablemente, hasta lo que podría considerarse una profunda crisis económica.
7. Legitimidad del Estado: La legitimidad del estado se ha degradado, sugiriendo una pérdida de confianza en las instituciones gubernamentales.
8. Servicios Públicos: Interpretación: Los servicios públicos han mostrado un deterioro gradual, lo que refleja una menor calidad o acceso a estos servicios.
9. Derechos Humanos: La situación de los derechos humanos ha empeorado, lo que indica un deterioro en la protección y promoción de estos derechos.
10. Aparato de Seguridad: La seguridad ha empeorado, lo que sugiere desafíos continuos en este sector.
11. Elites Faccionales: La influencia de las élites faccionales ha aumentado, lo que puede estar relacionado con un incremento en la polarización o fragmentación política.
12. Intervención Externa: La intervención externa ha aumentado, reflejando una mayor influencia o intervención de actores externos en los asuntos internos.
Resumiendo, puede decirse que desde 2014 a 2024, se ha observado en Venezuela una tensión social creciente, una agudización de los problemas relacionados con la migración y la progresiva manifestación de quejas grupales sobre todo en relación a empleo y salarios, inequidad económica y la emigración que siguen siendo temas muy sensibles. En el área de derechos humanos, seguridad y las élites faccionales aún sobresalen y persisten serios desafíos.
A modo de Cierre
He tocado, en este boletín, nuevamente la situación electoral del país, la misma que ha devenido en una confrontación que parecería inacabable. Es de conocimiento general que, con la presentación de las actas de votación, para la población nacional e interesados internacionales, debería culminar el conflicto. Más ello no es así.
En este artículo he utilizado la ayuda del Fondo Por la Paz (FPP) que ha organizado datos sobre el desempeño político, económico y social de unos 179 países del mundo. Entre estos países se encuentra Venezuela, que en los últimos diez (10) años ha exhibido un gran deteriorado en los aspectos asociados con la gestión pública. Así puede apuntarse a grandes rasgos la salida de ocho millones de venezolanos y venezolanas con residencia en el exterior; debilitamiento de la economía nacional; los trabajos con bajas remuneraciones y los servicios públicos muy deteriorados, entre otros aspectos.
Así las cosas, yo creo que hay una larga espera para resolver y dirimir el conflicto sobre quién resultó ganador. Mientras tanto, es oportuno preguntarse qué hacer frente al cuadro de dificultades que surgirán. Mi respuesta, además de esperar, dando tiempo y teniendo paciencia, es estar activo en una resistencia no violenta frente a los daños que los adversarios quieran o puedan producir. ¿Cómo? Informando, comunicando y educando para la paz, construir entendimiento, fomentar la conversación, mostrar ejemplos positivos, entre otras acciones.
Por ahora, sólo queda esperar lo mejor y llegar hasta el final.
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Osofeliz Editores
Emilio Osorio Álvarez
Profesor Titular, Escuela de Sociología, Facultad de Ciencias Económicas (FACES) y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Post Doctor y Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Master en Ciencias Demográficas, Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Sociólogo de la Universidad de Puerto Rico (UPR).