Las anchas manos de mi abuelo… vendaban una herida, cortaban gardenias o me suspendían en el aire// Las manos de mi abuela paterna…frágiles manos … leyendo trágicas historias de heroínas anémicas o tísicas. // Mi padre siempre cuidó…de sus manos… hechas para lucirlas… con violín o batuta. // Mi madre heredó las manos de mi abuelo Arturo…//De tantas manos que se han venido juntando.… ¿De quién tengo las uñas, los dedos, los nudillos, las palmas, las frágiles muñecas? // … ¿Qué manos a través de mis manos te acarician? //
Daisy Zamora, (1950). Qué Manos A Través De Mis Manos, Nicaragua. Poema Qué Manos A Través De Mis Manos de Daisy Zamora
Estos versos escritos por la poeta Daisy Zamora (Nicaragua,1950), me conmueven y me hacen preguntarme, cada vez que los leo, acerca de aquellos que me antecedieron, de quienes provengo y soy heredero de sueños, ideales, gustos, aficiones, sentimientos y, también, de todo aquello que no me gusta, sin entender las razones de por qué lo hago. Hoy con este articulo quiero recordar y honrar a mis difuntos, adelantándome al 2 de noviembre, fecha de la celebración del día de los muertos.
Como ya ustedes saben resido en los Estados Unidos, en la ciudad de Chicago, donde confluye la celebración de dos tradiciones y fiestas; una proveniente de la cultura Celta, denominada Halloween o el día de las Brujas; la otra del mundo español que durante la colonización de América fusionó su cultura religiosa con la indígena, que ha encontrado una manifestación icónica en la cultura mexicana, a la que me voy a referir en este artículo.
La figura de la muerte siempre ha estado presente en las culturas indígenas de México, representada como una deidad o un guía espiritual. Con la llegada de los españoles, se introdujeron nuevas concepciones de la muerte, como el esqueleto y la calavera, que se mezclaron con las tradiciones prehispánicas.
Los altares que he visto durante estos años vividos en Chicago y elaborados por familias migrantes mexicanas, estan dedicados a recordar con gratitud y respeto a sus seres queridos, adornándoles con flores, velas, fotos, alimentos, bebidas y objetos personales. Se colocan los alimentos y bebidas favoritas del difunto, como pan de muerto, mole, tamales, frutas, agua y, en algunos casos, tequila. También se incluyen fotografías del o los difuntos y objetos personales que los representen, como libros, instrumentos musicales o herramientas de trabajo.
Otro objeto importante del altar es el cempasúchil, flor originaria de México, igualmente conocida como flor de muerto. Sus pétalos son de un vibrante color amarillo o anaranjado, y se caracteriza por un aroma intenso que, según la tradición, ayuda a guiar las almas de los difuntos en su regreso al mundo de los vivos durante el Día de los Muertos. De acuerdo a la tradición mexicana, el cempasúchil (flor de la caléndula) simboliza la vida y la muerte, ya que su color representa la vitalidad del sol, que en la cosmovisión mexica era el lugar donde iban las almas después de morir. Se cree que los pétalos, al colocarse en el suelo forman un sendero y marcan el camino para que las almas de los seres queridos encuentren el hogar al que pertenecen.
El aroma de las flores - gladiolas, crisantemos, rosas, lirios y azucenas - guían a las almas hacia el altar; también, la luz de las velas simboliza la guía y el camino para que los difuntos encuentren sus ofrendas. El copal, una resina aromática, se quema para purificar el ambiente y crear un camino de luz para las almas. La cruz simboliza la fe católica y guía espiritual, el agua representa la pureza y calma la sed de las almas durante su viaje y la sal purifica el cuerpo del difunto y lo protege de la corrupción.
Muchos altares tienen la imagen de la Catrina como su centro. A principios del siglo XX, el grabador mexicano José Guadalupe Posada creó una serie de calaveras literarias y estampas que popularizaron la imagen de una calavera femenina elegante, a la que llamó La Calavera Catrina, que simboliza la igualdad, de todos, ante la muerte; la celebración de la vida, que nos dice que elogie la vida y recuerde que la muerte es una parte natural del ciclo existencial; la ironía y el humor, reflexionando sobre la vanidad y la superficialidad de la vida. La Catrina representa una figura femenina fuerte y empoderada, que desafía los estereotipos de belleza y fragilidad.
A modo de cierre
Como podrán darse cuenta, así como me he sentido particularmente conmovido por la poesía de Daysi Zamora, también, me ha pasado lo mismo con las manifestaciones mexicanas para la celebración del Día de los Muertos, no es simplemente una fiesta religiosa o cultural; es honrar la memoria de aquellos seres que hoy no están con nosotros y celebrar la vida con aquellos que aún estamos vivos. Ambos hechos, la poesía y la manifestación cultural me conducen a dar otra mirada a nuestras historias personales, a la de nuestros ancestros y de aquellos que se marcharon de este plano primero que nosotros, y nos dejaron la presencia de su ausencia. Tengo la seguridad de que nuestros seres queridos permanecen vivos a través de cada cuento, imagen, frase y acto que nos permite sonreír cada vez que los recordamos y honramos su memoria.
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Osofeliz Editores
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Emilio Osorio Álvarez
Profesor Titular, Escuela de Sociología, Facultad de Ciencias Económicas (FACES) y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Post Doctor y Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Master en Ciencias Demográficas, Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Sociólogo de la Universidad de Puerto Rico (UPR).