Flexibles e Inquebrantables: el bambú como símbolo de resistencia
Vol. Nº. 42. septiembre de 2024
Hoy quiero elaborar y compartir con ustedes, amigos lectores, algunas ideas sobre la resistencia no violenta, de grupos de población o poblaciones enteras, en diferentes momentos y en diversas circunstancias, para enfrentar, combatir o contrarrestar arbitrariedades a las que han estado o están siendo sometidos. Idea que acompaño con la imagen de un bambú, que se fortalece desde sus raíces, se enfrenta a los fuertes vientos y se sostiene erguida durante sismos e inundaciones.
¿Por qué comparar la conducta de una sociedad con el bambú? Primero he de señalar la fortaleza y flexibilidad que acompaña la determinación para enfrentar la opresión sin recurrir a la violencia. Así como el bambú encuentra su fuerza en la unión de sus cañas, la resistencia no violenta se fortalece a través de la solidaridad y unión de las personas. Así como el bambú tiene la capacidad para adaptarse y crecer en las condiciones más adversas, igualmente, una resistencia, no violenta, significa una postura de firmeza y resiliencia frente a situaciones extremas.
La Flexibilidad de la resistencia
La resistencia no violenta no tiene un solo rostro. Puede manifestarse de mil maneras: desde una marcha pacífica hasta una huelga de hambre, desde la desobediencia civil hasta la difusión de información. El éxito de la resistencia se ha basado en movimientos de una estrategia clara, un liderazgo fuerte, la construcción de redes y una comunicación efectiva. Estos elementos, junto con la perseverancia y la capacidad de adaptación, han demostrado ser fundamentales para lograr cambios sociales significativos a través de medios pacíficos en numerosas oportunidades documentadas en la historia pasada y reciente.
Es una estrategia de largo plazo
La resistencia no violenta es una maratón, no una carrera corta. Requiere paciencia, firmeza y una visión clara del futuro que se quiere construir. Ignorar la violencia, incluso cuando somos provocados, es una decisión estratégica. Al negarse a caer en la violencia, los movimientos de resistencia no violenta deslegitiman al opresor y ganan el apoyo de la comunidad internacional.
El Rol de Cada Individuo
No todos somos activistas de tiempo completo, pero cada uno de nosotros puede aportar un gramo de energía para la resistencia. ¿Cómo? Difundiendo información veraz, apoyando a los activistas en primera línea, participando en protestas pacíficas o simplemente conversando con amigos y familiares sobre la importancia de la justicia y la libertad.
Desafíos y Soluciones
Enfrentarse por ejemplo a un terrorismo de Estado, generador de miedo, persecuciones, secuestros, desapariciones y cárcel puede ser muy desalentador. Sin embargo, aunque no todos estamos preparados para enfrentar estas situaciones, la historia muestra que ejemplos individuales y colectivos de personas que han logrado ejecutar estrategias para desarrollar una resistencia no violenta.
Compartir propósitos, entender la dinámica de los hechos, identificar actores, construir redes de confianza, utilizar medios seguros de comunicación, cuidar la salud mental y emocional y crear mecanismos de solidaridad, representan unos de los tantos desafíos que se deben superar para asegurar el éxito de una resistencia.
Los recientes acontecimientos en Venezuela, por ejemplo, muestran cómo la violencia puede ser utilizada para reprimir a la población y silenciar las voces disidentes. Sin embargo, también la historia nos muestra que ningún régimen opresor ha durado para siempre. La resistencia no violenta, aunque lenta y dolorosa, es la única vía hacia un futuro más justo y equitativo.
A modo de cierre
En estos tiempos, donde la voz de un pueblo es silenciada, en que es fácil sentirse derrotado, en que todo parece insuperable, miremos con calma las evidencias y las lecciones aprendidas de aquellos que lograron el éxito a través de una estrategia de resistencia activa y pacífica.
La resistencia, no violenta, es la creencia en la capacidad de los seres humanos para cambiar el mundo sin el empleo de la fuerza. Solamente nos queda entender que un camino largo y espinoso, nunca debe significar la pérdida de la esperanza. La historia está llena de ejemplos de sociedades que, unidas alrededor de objetivos y propósitos comunes, han podido construir un futuro mejor para todos.
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Osofeliz Editores
Emilio Osorio Álvarez
Profesor Titular, Escuela de Sociología, Facultad de Ciencias Económicas (FACES) y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Post Doctor y Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Master en Ciencias Demográficas, Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Sociólogo de la Universidad de Puerto Rico (UPR).