El martes, 5 de noviembre, se realizarán elecciones presidenciales en los Estados Unidos, país que cuenta con un sistema electoral que ha operado por más de 200 años con bastante fiabilidad y con el que se elige como presidente de la República al candidato que logre obtener el mayor número de delegados en los colegios electorales y no al que mas votos directos haya obtenido. Disposición constitucional sustentada por un modelo de gobierno en el cual el poder se comparte entre el gobierno federal y los gobiernos estatales.
Las diferencias entre los dos candidatos, Kamala Harris, demócrata y Donald Trump, republicano, en mi opinión, son profundas y reflejan no solo sus filosofías políticas, sino también visiones contrastantes sobre el papel del gobierno federal y los derechos individuales. La candidata demócrata sostiene la propuesta de una visión de justicia social para reducir las desigualdades y aumentar el acceso de la clase media a los derechos de la salud, educación y al bienestar familiar.
En contraste, el candidato republicano propone un nacionalismo económico enfocado en medidas proteccionistas, reduciendo la influencia del gobierno en el mercado y abogando por un control más estricto en temas relacionados con la inmigración y seguridad del país.
En 1845, el Congreso de la Nación fijó el primer martes de noviembre como día electoral, pensando en facilitar la participación de la población, en ese momento, mayoritariamente agrícola; con ello, se pretendía evitar interferencias con el ciclo de cosecha, las actividades religiosas, condiciones climáticas desfavorables, además, de ayudar a los electores a movilizarse hacia los centros de votación.
Al día de hoy las elecciones en Estados Unidos han comenzado a través de la votación anticipada por correo, la votación presencial temprana en determinados sitios designados para este propósito y la votación personal en centros electorales que se realizará este martes, 5 de noviembre.
Kamala Harris, como candidata demócrata, se ha presentado como una progresista moderada y creyente de la justicia social; con su propuesta política busca reducir las desigualdades económicas y mejorar el acceso a servicios esenciales. La oferta electoral de la señora Harris se centra en beneficiar a las clases media y baja, controlando los precios de alimentos y viviendas y bajando los precios de los medicamentos y ampliando el acceso a la salud, en favor de un sistema que incluya seguros privados y acceso universal. En política exterior, la candidata demócrata es una firme defensora de la OTAN y de los compromisos internacionales.
Por su parte, el señor Donald Trump combina un enfoque populista con un nacionalismo económico autosuficiente, aislacionista y con un fuerte control fronterizo. En materia económica promete reducir la inflación, aumentar la producción energética doméstica y favorecer la actividad económica nacional imponiendo altos aranceles a productos foráneos. Con relación a la inmigración y la seguridad fronteriza mantiene su posición de construir el muro fronterizo y la implementación de deportaciones masivas, promoviendo una postura de “tolerancia cero” hacia la inmigración indocumentada. El señor Trump ha expresado su postura aislacionista limitando el apoyo militar a Ucrania y exigiendo a los aliados de la OTAN mayores aportes a la defensa. Para él, los recursos de EE.UU. deben ser invertidos en el país, aunque está dispuesto a entregar apoyo a Israel, sin limitaciones.
A pesar de las diferencias en algunos temas y/ enfoques, creo ver algunas coincidencias o ciertos paralelismos en las propuestas demócrata y republicana. Ambos candidatos reconocen la importancia de fortalecer la economía y reducir la inflación y los altos costos de la vida, aunque la señora Harris priorice la regulación de precios y el señor Trump apoye el proteccionismo. La seguridad nacional es otro tema prioritario para ambos candidatos; uno y otro reconocen la importancia de proteger los intereses de EE.UU. y responder a las amenazas globales; sin embargo, para la candidata demócrata la seguridad se logra con apoyo a alianzas internacionales, en tanto que el candidato republicano propone un enfoque más autónomo y directo. Igualmente, ambos candidatos han moderado su postura en temas controversiales como los relacionados con el cambio climático, la salud y el aborto.
A modo de cierre
Los aspectos históricos y estructurales hacen que el sistema político y electoral norteamericano sea singular. Así un sistema federal descentralizado, el uso del Colegio Electoral, el bipartidismo consolidado y el papel del poder judicial en las elecciones crea un modelo en el cual el equilibrio entre los poderes, la autonomía estatal y la tradición son elementos clave que diferencian a los Estados Unidos de otras democracias en el mundo.
Los candidatos Kamala Harris y Donald Trump representan dos modelos políticos que ofrecen a los votantes una elección clara y distintiva sobre el futuro de EE.UU. Para la candidata demócrata una política inclusiva y la cooperación internacional internacional benefician a la nación. El candidato republicano, por su parte, sostiene que el nacionalismo económico y su correspondiente postura aislacionista en política exterior hará grande al país y su sociedad.
El martes, 5 de noviembre de 2024, se pondrá nuevamente a prueba el proyecto país y el legado de los padres fundadores de los Estados Unidos de América, en un ambiente electoral profundamente polarizado.
Un proyecto país nacido bajo las ideas de John Locke, Thomas Hobbes, Voltaire y Jean Jacques Rousseau, cuya Declaración de Independencia efectuada en 1776, propuesta al II Congreso Continental de las Trece Colonias Británicas en América por Richard Lee de Virginia y redactada por Thomas Jefferson, John Adams, Benjamín Franklin, Robert Livingston, y Roger Sherman, señala: “Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su creador de ciertos derechos inalienables, que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. Principios reafirmados en la Constitución de Estados Unidos aprobada en 1787, establecida y sancionada con el propósito de “formar una unión mas perfecta, establecer justicia, afirmar la tranquilidad interior, proveer la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar para nosotros mismos y nuestros descendientes los beneficios de la Libertad”.
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Osofeliz Editores
Emilio Osorio Álvarez
Profesor Titular, Escuela de Sociología, Facultad de Ciencias Económicas (FACES) y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Post Doctor y Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Master en Ciencias Demográficas, Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Sociólogo de la Universidad de Puerto Rico (UPR).