La migración es mucho más que un enunciado
En casi 25 años se han marchado de Venezuela más de 7,7 millones de venezolanos y venezolanas. (Regional Inter-Agency Coordination Platform 2020), un 25% de la población nacional. Entre 1999 y 2014 salieron del país 760 mil venezolanos y venezolanas y 5, 3 millones en el quinquenio 2016 al 2020. Al inicio de la Pandemia COVID 19 se detuvo la salida de población y retornaron al país algunos miles de los que habían salido anteriormente. Un año después se encaminaban varios cientos de miles hacia los Estados Unidos buscando refugio y asilo.
Estos flujos migratorios venezolanos son explicados por una Crisis Humanitaria, generada por escasez de alimentos y medicinas, violencia e inseguridad, falta de oportunidades de empleo, sueldos y salarios menguados y el deterioro de los servicios básicos e infraestructura. Ante tal precaria situación muchos países abrieron sus fronteras para acoger población venezolana. Sin embargo, con el paso del tiempo muchos de los países de acogida comenzaron a cerrar sus fronteras impidiendo el acceso de aquellos que aspiraban establecerse en ellos.
Mientras esto ocurría en los países limítrofes, en los Estados Unidos, para el año 2021, a la llegada del gobierno presidido por Joe Biden, se eliminaron muchas de las regulaciones que se habían impuesto desde el 2016, para frenar los flujos migratorios por la frontera Sur de los Estados Unidos. Frente a este cambio político norteamericano, se originaron dos rumores: el primero con referencia al tránsito por rutas y caminos hacia los Estados Unidos que sostenía “…sólo se debe pasar el Darién, Panamá, y, luego cruzar el Rio Bravo o el Desierto de Sonora en México”; el segundo rumor estaba relacionado con la posibilidad de “obtener un refugio o asilo en Estados Unidos”.
Recorrido y Estancia
Para los latinoamericanos las frases “Hacer la América” y “El Sueño Americano” no son desconocidas. Muchas personas las han escuchado y han construido unos estereotipos con base a esos enunciados. La expresión “Hacer la América” encierra un sueño de prosperidad, de una vida mejor, de buenas oportunidades de trabajo, de educación y progreso económico que no se encuentra en los países de origen. “Hacer la América” es tanto un constructo social como un imaginario, que probablemente se fortalecerá durante el largo y difícil recorrido, que deberá realizar antes de llegar a su destino impulsado por su aspiración de abandonar la pobreza y alcanzar el éxito social.
Por otra parte, al llegar al país de acogida, a su nueva Estancia, se instala otro imaginario: “El Sueño Americano”. Creencia de que toda persona, con independencia de su origen, credo, color, condición social puede alcanzar, por sus méritos, el éxito siempre que haga el mayor de los esfuerzos, trabaje duro y con determinación de logro.
Sin embargo, “El Sueño Americano” enfrenta importantes limitaciones: una brecha entre ricos y pobres, lo que dificulta que las personas de bajos ingresos puedan alcanzar el éxito; limitado acceso a la educación de calidad si no cuenta con recursos económicos o financieros; y no menos importante está la discriminación étnica racial, de género y hacia las discapacidades.
Sueños de Bienestar y Prosperidad
La correlación entre el desarrollo económico, la plenitud de los derechos humanos y las orientaciones culturales occidentales con mayores opciones de vida y movilidad social es notable, pero no es exclusiva ni absoluta. La promesa de una vida mejor, simbolizada por el "Sueño Americano" o sus equivalentes en otros países, se encuentra en diferentes formas alrededor del mundo. La realización de estas promesas varía ampliamente debido a factores económicos, políticos, culturales y sociales.
El Sueño Europeo
Refleja la búsqueda de una vida próspera en Europa, con un enfoque en la seguridad social, la calidad de vida y la movilidad dentro de la Unión Europea.
En Oceanía
En países como Australia y Nueva Zelanda, este sueño se manifiesta en el deseo de progreso, seguridad y bienestar, adaptado a sus contextos culturales, económicos y sociales específicos.
Países Asiáticos
En Asia, la diversidad de economías y sistemas políticos lleva a experiencias muy variadas. Además de China y Japón encontramos a:
Singapur, un país pequeño, pero altamente desarrollado, que ofrece un "Sueño Singapurense" centrado en el mérito, la educación de calidad y la prosperidad económica.
Corea del Sur ha experimentado un milagro económico que transformó el país en unas pocas décadas, ofreciendo oportunidades en tecnología, educación y cultura pop, lo que podría considerarse un "Sueño Coreano".
Países Latinoamericanos
Aunque América Latina enfrenta desafíos en términos de desigualdad y estabilidad política, también hay países realizando esfuerzos hacia una mayor igualdad y oportunidades para una vida mejor. Chile y Costa Rica son ejemplos de países con altos índices de desarrollo humano, estabilidad política y sistemas educativos relativamente fuertes, que buscan ofrecer mejores condiciones de vida a sus ciudadanos.
Países del Medio Oriente
La región del Medio Oriente es compleja, con grandes diferencias en riqueza, desarrollo y estabilidad, caso de Emiratos Árabes Unidos, particularmente Dubái, es conocido por atraer talento global con su promesa de una vida libre de impuestos, oportunidades de negocios y un estilo de vida lujoso, lo cual podría ser visto como un "Sueño del Medio Oriente".
Es importante señalar que el acceso a estas "realidades" a menudo está marcado por desafíos como la desigualdad, la discriminación, la corrupción, y las barreras para la inmigración y la movilidad social.
A modo de conclusión
La búsqueda de una vida mejor es un impulso humano universal y cada región del mundo tiene sus propias promesas y desafíos. La efectividad de estas promesas para permitir la movilidad social y el bienestar depende de múltiples factores, incluyendo políticas gubernamentales, estabilidad económica, y el grado de inclusión y equidad social. La migración, en mi opinión es mucho más que el enunciado de “Hacer la América” o “El Sueño Americano”.